En la Isla del Desencanto los puentes predicen actos de espionaje industrial, el Míster Conmacana se da los pases guillao en una esquina mientras capea pa’ los jefes y los banqueros más poderosos pueden, por ejemplo, cerrar una sucursal principal y poner a todos los empleados a contar billetes pequeños el resto del día.
Dos pelotones del ejército anti drogas callejeras (take only those prescribed by your doctor and move on swiftly to your next shopping experience) se dan cita en Caimito en lo que es, tal vez, el único corredor ecológico que podremos legar a las futuras generaciones (el Caimito Overgrown Wildlife Refuge).
Lo que encuentran es lo mismo de siempre: un tipo sudao rodeao de hombres armaos. Empericao hasta el ñuco. Se altera, masculla entredientes imprecaciones e indecencias, cual si orara en lengua extraña un torcido rosario. Agita las manos, levanta las cejas y el dedo, finalmente frunce el ceño. Amenaza.
No, no estamos hablando del bichote local, ni del tirador desquina, ni tan siquiera del jeque de menor calaña de la calle. Es nada más y nada menos el alcalde de San Juan. La pobre San Juan, candidata a ciudad invisible de Calvino, Sanjuamenaza, donde los ciudadanos están condenados a deambular en una ciudad murada que cada vez se hace más y más pequeña, ya que que el cemento crece cada vez que se moja. El líder, electo dicho sea de paso, cada vez está más y más enajenado, sucumbiendo ante las alucinaciones inducidas por cualquiera de tantas sustancias, sudando, como solemos hacer en los trópicos, la Gota Gorda.
En el continente de Puerto Rico consentimos con cierta calma la consumación del piso bajo nuestros pies. Por un lado los clanes cementeros contemplan la pavimentación total del suelo y subsuelo boricua (bueno, con excepción de uno que otro mogote jodón que no podamos dinamitar) y por el otro lado el narcotráfico, el cual tiene una necesidad imperante de una estructura para blanquear las ganancias y tramitar los desembolsos de producción. Cualquier cosa por el dinero, el denominador común. El estatus, los libros, las ideas, todas esas cosas son puras pajas mentales.
Baile, baraja y botella es lo que hay. Con una castración política del Colegio de Abogados ritualística celebrada con fuegos artificiales espectaculares, cortesía de la Capeco y el Señor Z.
En la isla solemos reírnos de las yolas y las balsas. Pronto no nos darán tanta risa. Muy pronto se van a convertir en nuestra última opción.
http://www.elnuevodia.com/%C2%BFcualeselshow?:santini-633246.html
http://www.topix.com/world/puerto-rico/2009/10/fbi-capeco-fuel-depot-blast-was-not-terrorism-or-sabotage-fumes-to-blame-caribbean-business
http://blogjulioriverasaniel.blogspot.com/2009/11/trae-cola-el-caso-santini-vs-policia.html
foto by ozzie forbes
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